Recién acabo de regresar, hace pocas horas de unas pequeñas vacaciones en Barcelona, es una ciudad donde nunca había estado antes, bueno, mentira, había estado, pero prácticamente de paso, y desde hace mucho tiempo me apetecía visitar con calma y disfrutar de todo lo que ofrece.
Me fuí con mi novia el pasado jueves en coche, previamente habíamos reservado una habitación doble en el Hotel Rekord, pongo un enlace por si alguien quiere ir allí, la verdad es que es muy recomendable y el trato es muy correcto. Bueno, pues a lo que íbamos, tras llegar allí, básicamente sabíamos que queríamos ver, aunque no teníamos un plan concreto, a ninguno de los 2 nos gusta ir con prisas ni obligaciones, que para eso están los días de trabajo.
Nada más llegar a media tarde, nos fuimos a ver las ramblas de Barcelona por la noche y a cenar en uno de sus innumerables restaurantes, comida exquisita, amenizada con música en directo, perfecto y después a bajar la cena en un par de pubs donde nos pusimos algo contentillos y nos tuvimos que volver en taxi al hotel, total, no estaba muy lejos de las ramblas.
Gaudí es sinónimo de muchas cosas, pero Barcelona es la ciudad más anclada a su memoria, es una gozada ver todos los monumentos, edificios construidos por Gaudí, disfrutamos mucho de su visita, y como no, del clima de la ciudad, atemperado por el mar mediterraneo. El puerto de Barcelona es espectacular, tanto por su movimiento mercantil como por sus zonas de ocio.
Bueno, mi intención no es aburrir con el sinfín de cosas que hay que ver en Barcelona, sólo decir que es una ciudad que hace honor a su fama de cosmopolita y acogedora, perfectamente preparada para el turismo y de gentes muy amables y abiertas (las que tuvimos el honor de conocer, que luego habrá de todo, desgraciadamente).
