Es cierto que a veces no quisiera ser mujer. Necesitamos tantos cuidados!. Primero porque a nivel psicológico nos sentimos más seguras de nosotras mismas si nos cuidamos, segundo porque lo llevamos en los genes, nos encanta buscar esa crema milagrosa que cambie nuestras vidas y en tercer lugar porque es cierto que, si somos constantes y nos cuidamos, el paso del tiempo será más generoso con nosotras. Pero lo que también es verdad es que cuantas y cuantas veces no nos da pereza aplicarnos las mil y una cremitas. Yo tengo un truquito infalible para no dejar de cuidarme cuando no tengo ganas y es…colocar mi neceser con todos mis tesoros
detrás del sofá de casa. Así de noche mientras veo la televisión me doy mi sesión de belleza. Además me siento muy tranquila cuando estoy apostando por productos de farmacia, que han pasado controles estrictos formulados con ingredientes naturales extraídos con excelentes procesos para mantener inalterable sus propiedades. Por eso, mi hidratante facial con Rosa Mosqueta, mi crema de manos, mi reafirmante especial flacidez y mi quemagrasas para glúteos y piernas, además de el gel frío piernas cansadas cuando estado trabajando muchas horas de pie, todos ellos de REVE, no pueden faltarme detrás del sofá. Otro truco que tengo cuando vengo con ganas de ducharme y acostarme porque estoy agotada físicamente y mentalmente pero veo que mi piel está sufriendo por este cansancio y tiene un aspecto feo y apagado, es utilizar el exfoliante con albaricoque de esta marca, que siempre tengo dentro de la ducha. Gracias a que sirve tanto para rostro como para cuerpo, cosa que no ocurre con la mayoría de los exfoliantes, cuando salgo de la ducha tengo una piel renovada y nueva, luego aplico mis hidratantes y lista para dormir. Si queremos no es tan difícil cuidarnos!